Finalmente, como todos sabemos, las centrales sindicales se han decidido a responder en los términos exigidos de forma cada vez más evidente por parte de los trabajadores y también diferentes sectores de la sociedad al órdago del Gobierno Español en materia laboral. En realidad no podía ser de otra manera. El alcance y amplitud de la reforma planteada dejaba, desde el punto de vista del trabajador, un escaso margen de maniobra a los sindicatos mayoritarios.
Ante tal afrenta, el silencio y la inacción no son alternativas y así pues el 29 de Marzo, la ciudadanía ha estado llamada a secundar un paro generalizado, y lo ha hecho cargado de razones, y de razones muy poderosas. Otra cosa será el resultado y consecuencias de esa huelga.
Desde que se hizo evidente que estábamos inmersos en un escenario de continua degradación del contexto económico para el que no había eufemismos para matizarlo, la clase trabajadora se ha visto obligada a la pérdida incesante de derechos y garantías conseguidas a través del tiempo y de muchas otras luchas. Hoy se llama “reforma laboral”, anteriormente “reforma Zapatero“ y un sinfín de denominaciones que ha recibido a lo largo de los diferentes gobiernos. En todos los casos el denominador común no es otro que los derechos desarbolados y la exigencia de sacrificios que, invariablemente, recaen en las personas asalariadas.
Esta reforma laboral, alabada por la Comunidad Europea (léase Merkel and company) y también en los salones de juntas de los organismos patronales, es tan solo el último capítulo de una asfixiante cadena de medidas extremadamente dolorosas para la mayoría de la población, con consecuencias todavía por saber.
Esta salvaje pérdida de garantías laborales no hace sino una apuesta, que se nos quiere hacer ver que es salvadora, pero que resulta amenazadora para el futuro, no sólo de los trabajadores, sino de toda la sociedad. A fuerza de repetirlo se nos quiere convencer de que la posesión de derechos laborales conseguidos no es más que un freno en el camino hacia el bienestar y el progreso económico. Si estamos mal, nos dicen, es porque tenemos demasiados derechos. Si nadie nos contrata, es porque resulta demasiado caro despedirnos. Si las empresas cierran, es por las prebendas excesivas de sus plantillas.
Día de Huelga
Unos la han secundado otros no, unos han ejercido sus derechos de una manera pero otros también han ejercido los suyos de otra forma.
A todos se les debe respetar todos tienen sus motivos para hacer una cosa u otra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Haga su comentario.
Los comentarios son revisados antes de su publicación. No se permite publicar datos personales de terceros cuando éstos no son públicos (disponibles en medios impresos o digitales). El administrador del blog no se hace responsable de las opiniones vertidas por terceros y/o colaboradores aunque pasen el filtro.
El blog se reserva el derecho de no publicar los comentarios vertidos por anónimos con intención de dañar la imagen o el derecho al honor de otras personas o de este blog.
Se da por hecho que el autor del comentario conoce y acepta estas condiciones.